lunes, 29 de agosto de 2011

Lloremos de la risa.

A todos nos encantaría hacer de la felicidad nuestro modo de vida, decir que somos felices sin poner ningún "pero" de por medio.
Pero... ¿Quien no ha tenido un mal día?, ¿quien no se ha levantado con "el pie izquierdo"?, ¿quien no ha dicho alguna vez "paso de todo"?
Es imposible tratar de ser felices las 24 horas del día.. y si así fuese, realmente lo denominaríamos felicidad? Se convertiría en algo llamado rutina.
Un reencuentro, un te quiero inesperado, una llamada telefónica, un "buenos días princesa", una mirada cómplice, una caricia.. cosas pequeñas, tal vez insignificantes. Detalles que tal vez duren segundos, pero que marcan la diferencia en las 24 horas restantes. Felicidad, así lo denomino.
Hay quien trata de encontrarla de forma superficial, quien piensa que la felicidad es algo material, que tal vez pueda comprarse con dinero, son aquellas personas que confunden el concepto de ser feliz con el de poder poseer todo lo que les apetezca, para las que algo tan sencillo como llorar de la risa carece de valor.

" y es que las cosas más fuertes y más maravillosas son aquellas que no podemos ver"

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